-¿Me cumplirías una
fantasía?- le preguntó, primero no supo que responder.
-¿Cómo qué estás
pensando?- le preguntó a su vez.
-Antes de que te diga
tienes que prometerme que la cumplirás ¿Lo prometes?-
Ella dudó, no podía
imaginar que pensaba, cuales eran sus deseos, su fantasía; los hombres suelen
tener muchas y una no promete sin saber antes que es.
¿Querría tal vez que se
vistiera con algo especial? ¿Algún fetiche suyo? ¿Quizá algo que otros considerarían
sucio, inmoral, prohibido?
Él no podía decir que no
había tratado de complacerlo en todo cuánto le había pedido, si tenía que
prometer que cumpliría era porque su fantasía iba más allá de lo que le había
pedido antes.
¿Qué quería? ¿Incluir a
un tercero? ¿Tal vez a otra? ¿Sadomasoquismo? ¿Grabarse en video? ¿Juego de
roles? No podía imaginarlo.
-¿Pero qué es?- insistió
ella, le preocupaba que no quisiera decírselo abiertamente; el optó por el
chantaje.
-¿Lo prometerías
sabiendo únicamente que con eso me harías muy feliz?-
No podía negarlo, lo
amaba, haría cualquier cosa por él.
-Si- respondió -Prometo
que lo haré... -
Él sonrió, separó los
labios y lo dijo; ella jamás se esperó algo como eso.
-Envejece conmigo... -
Se enterneció, jamás se
imaginó que le pidiera eso, se inclinó sobre él y lo besó.
-Lo prometo-
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