13/7/08

Reflejo...

Dicen que, si miras fijamente tu reflejo en el espejo, verás tu verdadero rostro.

Al principio no notó ningún cambio relevante, descubrió algunas arrugas nuevas, y las entradas ya evidentes en su frente. No notó como las sombras se volvían mas oscuras, cambiando sus facciones, ni como las cejas arqueadas le daban un aspecto mas... terrorífico. Fue cuando sus labios se torcieron en una sonrisa por demás malévola cuando, impresionado, dio un paso atrás.

El reflejo no lo imitó.

Por el contrario, su rostro reflejado se levantó con aire de superioridad, acercándose.

No creía lo que veía. El reflejo en el espejo se asomó como quien se asoma por una ventana, quedando a centímetros de su contraparte, ya paralizado por el miedo...

-No eres nadie- palabras pronunciadas con su propia voz –Yo soy tu verdadero rostro, tu verdadera naturaleza, yo soy lo que ocultas, lo que nadie ve, lo que a nadie muestras... -

Quiso decir algo, dar su opinión, desmentir lo que escuchaba, pero fue en vano. Del espejo surgieron los brazos que lo sujetaron por los hombros...

-Ven… te mostrare…-

Sin esperar la respuesta el reflejo lo jaló al interior del espejo, como si atravesara una cortina de agua helada. Su vista se oscureció por un instante, hasta que sintió su nariz golpeando contra el piso. Miro a su alrededor... se encontraba en el mismo cuarto, pero todo estaba opuesto a como él lo recordaba. Igual, pero diferente. Igual, excepto por "él"

Su reflejo estaba de pie junto a él. Era el mismo, misma ropa, misma estatura, pero no sus mismos rasgos. Esa sonrisa que no desaparecía, sus ojos semejantes a los de un loco, con la espalda encorvándose y sus brazos descansando a los costados...

-Levántate…-

Con gran esfuerzo se levantó y miró a su reflejo sin salir del asombro. Paso sus manos por sobre su cuerpo, esperando sentir algo diferente, algún cambio o sensación por cruzar el espejo... esperando que todo fuera un sueño... no era así.

-Ven conmigo, te dije que te mostraría... - el reflejo salió del cuarto de baño. Lo siguió hasta el dormitorio; la misma cama, los mismos muebles, la lámpara en el suelo y las paredes pintadas de rojo. Sobre la cama, envuelto entre sabanas igualmente pintadas de rojo, un bulto inerte.

El bulto comenzó a moverse lentamente, reptando, avanzando hasta los pies de la cama.

Entonces apareció ella, con la frente abierta y el rostro rojo. Miró al reflejo y luego a él, con sus ojos vacíos y perdidos, hasta que sus manos no pudieron soportar el peso de su propio cuerpo y cayó sobre el suelo alfombrado. Arrastrándose intentó llegar hasta él, quien horrorizado por la imagen trató de dar un paso atrás, de huir, pero el reflejo se lo impidió sujetándolo una vez mas por los hombros, obligándolo a ver cómo ella se esforzaba por alcanzarlo, hasta que finalmente sus manos se aferraron a sus piernas...

-¿La recuerdas?- le dijo el reflejo al oído –Tu compañera de tantos años, la madre de tus hijos, la mujer a la que una vez juraste amar hasta que la muerte los separara… -

Con la poca fuerza que tenía, ella escaló sus piernas como si se tratara de un risco o una pendiente. Se sujetó a su cinturón y siguió ascendiendo, entrelazando sus manos con las de aquel que le sujeta los hombros. Acercando sus labios le susurra al oído...

-¿Por qué?-

Esas palabras parece que fueron el detonante necesario para despertar. Forcejeó con ambos, hasta que los tiró al piso y logró liberarse. Corrió para huir de la habitación, pero su reflejo con un simple ademán cerró la puerta del dormitorio, obligándolo a enfrentarlos de nuevo...

-¿Por qué me hacen esto? –dice al fin cubriendo su rostro con las manos, esperando tal vez que lo que sucede a su alrededor desaparezca...

-Nosotros no estamos haciendo nada, tú lo haces, esta es tu obra, esto es lo que hiciste… -

-Yo no hice nada- exclamó con lagrimas en los ojos, cayendo de rodillas, desesperado -¿Por qué lo haría? No tiene sentido… -

-¿Por qué? ¡¡¿Por qué?!! Porque sí, porque podías, porque querías, porque lo anhelabas… lo deseabas- y su reflejo se levantó -Viste la oportunidad y lo hiciste, tomaste la lámpara del buró y la golpeaste una y otra vez mientras dormía, la imagen de la sangre pintando tu habitación te excitaba mas y mas… y mas querías, no conforme con eso fuiste hasta las habitaciones de tus hijos e hiciste lo mismo, y regresaste aquí, a mirarte al espejo, a buscar un respuesta del porque lo hiciste, la respuesta es simple… estas loco… -

-Mickey... –dijo ella- Yo te amo... ¿por qué nos lastimaste?

-¡Basta! – exclamó, y su actitud cambió. Ahora estaba furioso, como un río enardecido, apretando fuertemente los dientes y los puños -¡Sé de tus aventuras, de tus amoríos, de cómo me ves la cara de estúpido con cada hombre que cruza tu paso!-

-Eso no es cierto, jamás te he sido infiel-

-¡Mentira!-

-Palabras de un loco sin duda- comentó el reflejo -Siempre has sido un loco, desde que te viste engañado por aquella chica del colegio, no soportaste que se fuera con tu mejor amigo, por eso la ahogaste en el río, así como la chica que te desprecio en la disco, la morena ¿Recuerdas verdad?, golpeaste tanto su rostro que incluso las placas dentales no fueron suficiente para identificarla, eso solo lo haría un loco… porque estas loco, no puedes manejar el rechazo, pero Mickey, querido amigo, esto fue lo ultimo, condenaste incluso a tus hijos, al creerlos hijos bastardos que tu educabas y criabas, creías mantener hijos de otro hombre, por eso los asesinaste, porque estas loco…-

Las últimas palabras lo devolvieron a la realidad. Se miró de nuevo en el cuarto de baño con el rostro empapado en sudor. Pasando sus manos por su frente intentó limpiarla y su cara se tiñó de rojo... bajó las manos y miró sus palmas. Horrorizado, corrió al dormitorio y vió la misma imagen dantesca que había visto hace unos momentos. Miró hacia todos lados hasta ver su reflejo nuevamente en el espejo sobre el peinador, y respirando profundamente abrió un cajón sin apartar la vista de su reflejo. Apretando fuertemente lo que su mano encontró, mirándose a los ojos esperó encontrarse aquellos ojos llenos de locura que encontró del otro lado del reflejo, pero no había nada dentro del espejo que no fuera él mismo, no había ‘otro’, era él y solo él…

-¿Esto lo haría un loco?-

La bala perforó la sien y cayó junto al peinador.

Todo quedó en silencio.

A lo lejos se escucho una sirena, pero ya no tiene caso, ya es muy tarde... por encima del sonido de las sirenas que cada vez se escuchaban mas cerca se oyó una voz, como un murmullo, un susurro…

-Definitivamente eso lo haría un loco… -

Relato ganador del primer lugar en el concurso "Spaces Halloween" del Spaces de -La Trivia de Windows Live Spaces- del mes de Noviembre del 2007
http://triviaspaces.spaces.live.com/


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